Una manzana
Un cuchillo o cutter
Dos clavos de olor
Granos de arroz
Una varilla de madera
Alambre
Trapos viejos
Un tiesto o una maceta, lleno de arena
- Pela la manzana, deja un poco de piel junto al rabillo para que parezca el pelo. Con el cuchillo esculpe el rostro. Fórmale las orejas.
- Pincha los clavos en el lugar de los ojos. Impedirán que la manzana se pudra. Si la boca está abierta, clava granos de arroz que harán de dientes.
- Introduce por debajo la varilla hasta la mitad de la manzana. Plántala en una maceta y déjala cerca de una fuente de calor para que se seque y se arrugue.
- Después de 15 días, las manzanas quedarán más ligeras, secas, arrugadas y de un color sepia. Quedarás sorprendido por la transformación y el envejecimiento de los rostros.
- Haz una figura de alambre.
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